En medio de la efervescencia de Halloween, con niños emocionados por pedir dulces y disfraces de brujas y monstruos por doquier, un grupo de localidades en el Valle de Lerma, en Salta, desafía la corriente popular con una celebración única y significativa: la "Noche Blanca".
Mientras los espíritus inquietos y las bromas con caramelos invaden las calles de la ciudad en la víspera del Día de Todos los Santos, estos pueblos están decididos a resaltar un enfoque diferente. La "Noche Blanca" busca rescatar el sentido religioso, específicamente el cristiano, en contraposición a la comercializada y promocionada noche de brujas.
¿Dónde y cómo se realiza la celebración anti Halloween?
Localidades como La Merced, Chicoana, La Silleta, El Carril y El Encon, todas pertenecientes al Valle de Lerma, son los escenarios donde esta singular festividad cobra vida. Aquí, en lugar de atuendos tenebrosos, se invita a los vecinos, en especial a los niños y familias, a vestir prendas de color blanco, simbolizando la pureza y la devoción cristiana. Los más pequeños, en un giro encantador, optan por atuendos que representan a diversos santos del cristianismo.
La participación no se limita solo a la vestimenta. La gente es alentada a llevar imágenes de sus santos, las cuales serán guardadas en la parroquia para ser utilizadas durante la misa de Todos los Santos, que se celebra al día siguiente, el 1 de noviembre.
“Puedes llevar las imágenes de tu santo y, terminada la jornada, lo dejamos en la parroquia para celebrar la misa de todos los santos el día primero”, indicá la invitación que realizaron desde la Parroquia de La Merced.
Esta celebración no es simplemente una respuesta a Halloween, sino una veneración arraigada en la historia. La solemnidad cristiana del Día de Todos los Santos, instituida en honor a los santos conocidos y desconocidos, data del año 840, cuando el Papa Urbano IV la estableció con la intención de complementar posibles omisiones en las festividades dedicadas a los santos a lo largo del año por parte de los fieles.